jueves, 17 de septiembre de 2009

«El alumno se levantó, cogió su silla y la lanzó contra mí»

CRISTINA GARRIDO | MADRID Actualizado Miércoles, 16-09-09 a las 17:25
«En un grupo de la ESO tengo un alumno que suele mostrarse agresivo cuando se le llama la atención. Estoy harto de que me boicotee la clase y se haga el gracioso metiéndose con otros compañeros. Hoy después del recreo llegó tarde a clase y entró gritando. Le dije que se sentase y no interrumpiese. Al rato se puso a cantar a media voz. Le dije que se saliese de clase. "No estoy haciendo nada y no me voy a a ir»- me contestó-. Insistí en que se saliese, pero su respuesta fue: "el único que sobras aquí eres tú, gilipollas". Se levantó, cogió su silla y la lanzó contra mí».

Esta es una de las situaciones extremas relatadas al Defensor del Profesor, organismo que el sindicato ANPE creó en 2005 con el objetivo de recopilar los problemas de autoridad a los que se enfrentan los maestros españoles cada día. En la Comunidad de Madrid este tipo de casos pueden tener los días contados si finalmente sale adelante la propuesta de la presidenta regional Esperanza Aguirre de conferir al profesor la categoría de autoridad pública.

Desde su puesta en marcha, el Defensor del Profesor ha recibido 8.396 llamadas de profesores desesperados por las desagradables situaciones vividas con algún alumno o incluso con los padres. Sólo en el pasado curso 2007-2008, se registraron 3.419 llamadas, la mitad de ellas de profesores de Secundaria. Los problemas más frecuentes: la imposibilidad de impartir clase (40 por ciento), las denuncias de padres (24 por ciento), acoso y amenazas de alumnos (17 por ciento), acoso y amenazas de padres (15 por ciento) o agresiones de alumnos hacia profesores (8 por ciento).

ANPE denuncia precisamente una situación en la que parece que es el alumno quien tiene la sartén por el mango en la comunidad educativa. A través de las llamadas recibidas, el sindicato ha podido comprobar la percepción errónea que los alumnos tienen respecto a sus derechos y deberes. La «democratización mal entendida» entre profesores y alumnos conlleva que algunos chavales crean que están por encima del docente. «Voy al jefe de estudios porque me estás acosando. Te voy a denunciar. Te vas a enterar cuando aparezcan por aquí mis padres», son algunas de las amenazas con las que se encuentran los maestros cuando reprochan a sus alumnos un comportamiento inadecuado.

Pero peor que algunos chavales, son a veces los propios padres que desautorizan a los docentes. Según el informe de ANPE, es bastante generalizada la conducta de algunos progenitores que ante cualquier medida disciplinaria en relación con sus hijos den la razón a los menores sn ni siquiera preguntar al profesor. En ocasiones la situación sobrepasa todos los límites tolerables. Es el caso de una profesora de Primaria que acudió al Defensor del Profesor con un cuadro de ansiedad después de sufrir una agresión física por parte de la madre de un alumno. «Suelo conectar bien con los padres de mis alumnos, pero en esta ocasión he sufrido una agresión. Una madre me ha propinado una bofetada por llamar la atención a su hijo que mantiene una actitud agresiva hacia sus compañeros. El resto de padres ya se había quejado del proceder de este alumno pero sus progenitores no admiten que al niño se le pongan límites y creen cualquier versión falseada que les dé su hijo de los hechos».

El sindicato atribuye esta actitud a una generación de padres que educan a sus hijos «sin poner límites, sin contradecirles, creando una generación de jóvenes que presentan grandes dificultades para seguir un proceso de aprendizaje riguroso». Se trata, según ANPE, de un «cariño mal entendido» y una percepción del profesor como un «enemigo que pretende por oscuras razones perjudicar a su hijo».

FUENTE: http://www.abc.es/20090915/sociedad-educacion/levanto-cogio-silla-lanzo-200909151116.html

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