martes, 22 de septiembre de 2009

TARIMAS PARA ELEVAR A LOS PROFESORES

ESTRELLA ABASCAL | MADRID

El debate sobre la necesidad de reforzar el prestigio del maestro cobra intensidad. La nueva iniciativa de Esperanza Aguirre para conseguirlo consiste en devolverles la capacidad de observar al conjunto de los alumnos por encima de sus cabezas: vuelve la tarima.

¿Qué mejor lugar que la inauguración de un colegio llamado «Divino Maestro» para anunciar que próximamente se instalarán tarimas bajo las mesas de los educadores de la región? Parece que ninguno. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, aprovechó la cita que tenía en el colegio de la localidad madrileña de Los Molinos y justificó su decisión como una ayuda a los profesores: «Colocaremos tarimas en todas las aulas de los colegios públicos, para que el profesor pueda tener una visión general de lo que ocurre y no tengan que destinar más de un tercio de tiempo de sus clases a mandar callar a alumnos que ni siquiera ven».
Se trata pues, de devolverle un porcentaje más de autoridad al responsable del aula, que se situará «por encima» de los alumnos, y disfrutará de un ángulo más amplio de control de los pequeños.
Esta decisión se enmarca dentro de la cruzada actual de Esperanza Aguirre sobre la recuperación de «la autoridad del maestro», que se vio fortalecida por las palabras de Su Majestad el Rey el pasado miércoles, cuando estimó necesario alcanzar un «amplio y sólido» acuerdo de carácter nacional en torno a la educación, y «reforzar y prestigiar» el papel de los profesores como pilares de la enseñanza, una tarea de la que depende, a su parecer, «el desarrollo cultural de la nación». Pero el monarca no se detuvo solamente en reforzar el papel de los docentes. Desde su atril lanzó un llamamiento también para los estudiantes, y animó a «estimularles» y «persuadirles» de que «para abrirse camino en la vida, se requiere mucho esfuerzo, tesón y sacrificio personal», porque en ellos están depositadas «las mejores esperanzas» de la sociedad. Una opinión que compartió el ministro de Educación, Ángel Gabilondo.
Un lugar prominente
Respaldada por estas autoridades, la presidenta de la Comunidad de Madrid expresó ayer que se trata de «situar a los profesores en el lugar prominente que les corresponde en todo el proceso educativo». Para empezar, les situará a «otro nivel», después «les respaldará» con la futura «Ley de Autoridad del Profesor», cuyo camino despegó este martes en el discurso del debate del estado de la región y que alcanzó su punto álgido la tarde siguiente, tras la agresión del padre de un alumno a la directora de un centro escolar en Vallecas. En este sentido, Aguirre declaró que aunque no le correspondía a ella valorar ese asunto, «ese incidente ha demostrado que la nueva ley es absolutamente necesaria», y por ello, adelantó que la norma estará aprobada a final de este año y será de aplicación en el segundo trimestre de este curso académico, porque «un buen sistema educativo como el que queremos en Madrid, requiere, sobre todo, de buenos profesores para, formar a las nuevas generaciones de madrileños». Pero todo ello, no implica que los docentes gocen de impunidad. Una premisa que la mandataria explicó con una comparación. «Al igual que los policías, un profesor que abuse de su autoridad tendrá una consecuencia penal», por lo tanto, las administraciones públicas, «deben restaurar la preeminencia del profesor sobre los alumnos», recalcó.
Exceso de permisividad
El «espíritu de mayo del 68» significó una revolución de pensamiento con lo preestablecido por las autoridades en un momento convulso y cambiante. Los estudiantes se revelaron contra unas normas que estimaban injustas. Ayer, Aguirre calificó ese espíritu «dominante» en la sociedad actual, de «permisividad malentendida».
Desde su punto de vista, se peca de exceso de tolerancia. Se refirió a ello al recordar las palabras de Nicolas Sarkozy en su última campaña, cuando el presidente francés expresó «que soñaba con una Francia donde los niños se levantasen cuando entrara el profesor en la estancia y lo llamaran de usted al dirigirse a él». Un sueño que Esperanza Aguirre confesó compartir, pero cuya obligación no impondrá, todavía, en los centros escolares por ley.

FUENTE: http://www.abc.es/20090919/nacional-sociedad/tarimas-para-elevar-profesores-20090919.html

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