lunes, 29 de junio de 2009

¿ACOSO ESCOLAR RESUELTO?

Acoso en las aulas: ¿asunto resuelto en Ciudad Real?
AYER. CIUDAD REAL
PABLO SAIZ

Cuando España se levantó una mañana de septiembre de 2004 con la noticia de que un adolescente de Hondarribia (Guipúzcoa) se había suicidado ante la insoportable presión y acoso a la que le habían sometido varios compañeros de clase, muchos descubrieron que el fenómeno que en Estados Unidos se denominaba ‘bullying’ existía también en España, y se llamaba ‘acoso escolar’. Para otros tantos, sin embargo, este problema no era nada nuevo: ellos lo habían presenciado, cuando no padecido (o perpetrado) en sus años formativos.

Desde entonces, el acoso escolar se ha convertido en una de las principales preocupaciones de las autoridades educativas, y objeto de estudio urgente para los profesionales de la psicología; no en vano un 23% de niños y jóvenes entre 2º de Primaria y 1º de Bachillerato padecen este fenómeno, según asegura el doctor Iñaki Piñuel, responsable del ‘Informe Cisneros’ y uno de los más reconocidos expertos nacionales en la materia. Sin embargo, en Ciudad Real su incidencia no parece ser tan marcada; al menos, no si se pregunta a los principales responsables de prevenirlo y a los centros educativos.

Pocas llamadas
Desde el Equipo de Apoyo a la Convivencia Escolar (EACE), que se define como una “estructura organizativa de atención, asesoramiento y respuesta inmediata en casos de especial relevancia a toda la comunidad educativa”, se destaca que “el porcentaje de llamadas sobre este tema en general es bajo respecto a otras categorías de consulta recibidas”, tanto a nivel de Castilla-La Mancha como al de la provincia.

Los responsables del EACE matizan además que no todas las llamadas para mediar en asuntos de maltrato entre iguales responden a una situación objetiva de hostigamiento escolar cuando se investiga sobre el terreno.

En unos términos parecidos se expresan desde la inspección de Educación de la provincia; aunque no ofrecen datos concretos, dado que el informe sobre la materia todavía se está ultimando, fuentes del organismo resaltan que Ciudad Real “es una provincia tranquila”.

Y esa tranquilidad la corroboran los integrantes del cuadro docente de los colegios de institutos. “No existe ningún caso de acoso escolar en este instituto”, asegura el jefe de estudios del Instituto de Educación Secundaria (IES) Maestre Juan de Ávila; en otros centros prefieren hablar de que “no hay casos de acoso como tales” (IES Atenea), o de que no se han producido “casos significativos” (Colegio Público -CP- Carlos Eraña).

En parte eso tiene que ver con la tipificación del acoso escolar por la Consejería de Educación. Para que se pueda hablar de acoso, explican desde el IES Atenea, tienen que darse una serie de factores, como “que se vaya repitiendo en el tiempo, (o) que haya una situación de superioridad de uno de los chicos con respecto al otro”. Si, por ejemplo, se trata de peleas reiteradas entre dos alumnos (sin que haya superioridad de uno sobre otro) o de que varios estudiantes ‘hacen vacío’ a otro en un momento dado (sin continuidad en el tiempo), eso se define como “problemas de convivencia”, como advierten en el CP Cruz Prado.

Prevención y actuación
En cualquier caso, todos los centros educativos consultados mantienen una vigilancia constante para que si se detecta una posible situación de este tipo se pongan en marcha los protocolos de actuación establecidos por la Consejería, que constan de ocho etapas.

Estas etapas consisten en identificar a víctima y agresor; especificar el origen de la demanda; recoger los datos sobre el tipo, escenarios y gravedad del maltrato; realizar una intervención de urgencia, que incluye informar a los familiares de los menores involucrados; completar y triangular la información; realizar un plan de actuación; evaluar la eficacia de dicho plan; y por último, si procediera, derivar el caso a la Fiscalía o a Servicios Sociales.

Esto se complementa con los mecanismos de prevención, que varían según el centro. En el CP Carlos Eraña, por ejemplo, se implica a los padres en la observación de signos de acoso; en el CP Cruz Prado se hace un seguimiento mediante tutorías; en el IES Atenea se implica a todo el personal docente y administrativo en la detección de estas situaciones; y en el IES Maestre Juan de Ávila hay un complejo sistema disciplinario, que incluye la prohibición de teléfonos móviles y sanciones consistentes en realizar servicios comunitarios.

FUENTE: http://www.eldiadeciudadreal.com/noticia.php/14943

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