martes, 16 de junio de 2009

MIRAR HACIA OTRO LADO

Saray Marqués, 15 JUN 2009 MADRID (ADN)

Hay quien sostiene que "uno es lo que era en el patio del colegio". Pues bien, aceptar ese dicho y contrastarlo con los datos de un estudio de la Universidad de Granada resulta preocupante. Un 7,3% de estudiantes entre 11 y 16 años es víctima de bullying [acoso escolar]. Un 8,5% es agresor y un 84%, espectador.

Además, se impone la idea de que el maltrato entre iguales en el ámbito escolar "ocurre desde siempre y va a continuar", explica el análisis. Ante la agresión, resignación. Al menos si de las respuestas de los 1.237 adolescentes encuestados (españoles y portugueses) depende.

Espectadores pasivos

María Jesús Caurcel, autora de la investigación, se interesó por el tema porque su hermana fue víctima de bullying y reconoce que es un fenómeno que viene de lejos. "Pero ahora se conoce, se le pone nombre y cara, se ha roto la ley del silencio", dice.

Para Caurcel, puede que incluso ahora el acoso sea menos violento. "Surgen nuevas formas de agresión, que puede ser tecnológica", afirma.

Y recalca la clave para que exista bullying: el grupo. "Nace en el grupo y se nutre de él. Necesita de un líder que genere respeto, apoyo y adhesión y de unos espectadores que observen sin hacer nada".

De entre los personajes implicados en todo capítulo de bullying destacan dos: el victimizador feliz y el bully-victim. El primero "no se siente culpable, recibe algún tipo de beneficio a cambio del acoso que le hace que se pregunte '¿Para qué voy a dejar de acosar?'", aclara la investigadora. El segundo, en cambio, se transforma de víctima en agresor. "Es un porcentaje mínimo, pero son los menos integrados, lo suyo acaba convertido en patológico", explica Caurcel.

EL APUNTE

Esperanzas para acabar con la lacra

Según crecen los chicos muestran más rechazo hacia los agresores, lo que hace albergar esperanzas. Además, en los profesores ("con una adecuada formación inicial", remarca Caurcel) reside también el papel de demostrarles que estos actos no tienen por qué continuar para siempre.

CUANDO EL ABUSO ES POR HOMOFOBIA

Según el estudio de la Universidad de Granada, el acoso no entiende de sexo, salvo porque los chicos justifican más la violencia y las chicas muestran más empatía hacia la víctima y juzgan más críticamente el maltrato.

Sin embargo, la Fundación Triángulo considera que el acoso sí entiende de orientación sexual y afirma que el 30% de las veces el bullyingse ejerce contra homosexuales. "Hay casos en que el chico o la chica víctimas de bullying ni siquiera saben si son gays y lesbianas", según Pablo López, presidente del área de Juventud de la fundación.

"Cuando te llaman 'Marica' y aún no lo tienes asumido lo llevas mal, pero, con el paso del tiempo, contestas: '¡Y a mucha honra!' y te sientes normal, y hasta superior, porque tú no te metes con nadie", explica Adrián, madrileño de 17 años y en su día víctima de bullying. "Encontrarme con más gente homosexual, sobre todo fuera del instituto, me hizo dejar de sentirme extraño o diferente también en el instituto", dice.

A chicas como Rocío, en cambio, les costó mucho deshacerse de su sentimiento de inferioridad y culpa. "No tenía referentes y mis padres no me aceptaban", rememora. Y es que, según López, "muchas veces, cuando una chica sale del armario entran sus padres".

FUENTE: http://argijokin.blogcindario.com/2009/06/10582-mirar-para-otro-lado.html

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