jueves, 20 de agosto de 2009

ACOSO ESCOLAR SIN TREGUA EN LAS ESCUELAS

LA PRENSA LIBRE
San José, Costa Rica
20 agosto de 2009

Burlas,amenazas, hostigamiento, exclusión, intimidación y agresiones físicas y psicológicas, son tan solo algunas de las situaciones que sufren muchos estudiantes en sus centros educativos y las cuales son claras manifestaciones del llamado acoso escolar o “bullying” que lamentablemente toma cada vez más fuerza.

Este tipo de agresión, que ejercen niños o adolescentes hacia otros de sus iguales, produce severos daños emocionales a las víctimas y en muchos casos, representa un alto riesgo para su integridad física ya que ahora se actúa con mucha más violencia, esto hace que experimenten tal temor que no quieren volver a clases.

El problema se hace mayor cuando los docentes y padres de familia minimizan el conflicto y lo atribuyen a asuntos normales de la convivencia pasando por alto una situación a la que, si no se le pone freno, puede alcanzar dimensiones lamentables y consecuencias que se cargan por el resto de la vida.

Y es que esas dolorosas experiencias permanecen en la memoria de quien sufrió el acoso por muchos años ya que son difíciles de olvidar, pues le marcan negativamente, más aún cuando recibieron golpes u otro tipo de lesiones físicas, de ahí que los adultos deben prestar la atención debida ante cualquier sospecha.


Preocupante


La directora de la Oficina de Protección de los Derechos de la Niñez y Adolescencia del Ministerio de Educación Pública (MEP), Rocío Solís, explicó que el matonismo, como también se le denomina a este tipo de acoso, se da de los niños o adolescentes con más poder, ya sea físico, económico o social, hacia los que consideran más débiles.

El acoso escolar puede ser cuando un niño o adolescente le robe los alimentos a otro, le golpee o le exija hacer cosas inconvenientes, también pueden darse burlas por algún defecto físico o discapacidad, o bien, hostigamiento, intimidaciones o amenazas constantes y hasta agresiones físicas.

Toda esta situación hace que la víctima no quiera regresar a la escuela o al colegio, además no habla del tema pues le da miedo lo que pueda pasar, se siente mal consigo mismo, su autoestima se ve lesionada y se llena de sentimientos negativos que no le permiten disfrutar de la vida escolar o colegial.

Pero lo más grave, es que quien sufre el acoso, puede llegar a reaccionar de forma agresiva y sin medir las consecuencias con quien le ha molestado durante tanto tiempo, es por eso que la intervención de las autoridades del centro educativo y los padres de familia es fundamental para parar el problema de forma definitiva y evitar que más estudiantes sean víctimas de este flagelo.


Atención


Solís indicó que los padres pueden sospechar de acoso escolar si sus hijos llegan a casa con la camisa rota, los cuadernos destruidos o golpeados, si no quieren regresar a la escuela o colegio, si se orinan en la cama, presentan terrores nocturnos, se ven temerosos en todo momento o lloran con frecuencia sin aparente motivo.

“Si los padres ven estas señales deben acudir a la institución y parar la situación. Ni los padres de familia ni los docentes deben desvalorizar lo que ocurre, tienen que tomar las medidas pertinentes, pasarlo de centro educativo no es la mejor opción porque el acoso puede continuar con otros niños, lo ideal es trabajar en el asunto para que no suceda más”, aseveró la experta.

Solís aseguró que el acoso escolar es algo “de todos los días” pero que pasa desapercibido y no es hasta que se da una situación grave que se hace algo al respecto, cuando en realidad desde que se dan apodos y burlas que parecen “inocentes” es el momento idóneo para actuar y evitar que el problema se vuelve cada vez más grande.

El acoso escolar es un problema más de fondo que debe ser analizado, y es que el que ejerce la agresión puede tener conflictos familiares que le hacen descargar su frustración con otros más débiles siendo esto una especie de mecanismo de defensa, además, el agredir a sus iguales le hace sentirse superior, lo cual es un claro indicativo de una dificultad emocional

La víctima es, por su parte, una persona quizá tímida e introvertida que resulta perfecta para el acosador pues puede ejercer mejor su control y presión.

“Hay que ir más allá del acoso escolar, no solo se debe establecer un castigo sino reeducar y contener a nivel psicológico. Detrás de una agresión existe todo una problemática de fondo que hay que atender”, afirmó Solís.

FUENTE:http://www2.prensalibre.cr/pl/nacional/7531-acoso-escolar-no-da-tregua-en-los-centros-educativos-.html

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