martes, 25 de agosto de 2009

Bullying en México (Segunda parte)

Fecha: 25 de agosto del 2009
Reportero: Redacción Once Noticias

Las aulas mexicanas tienen uno de los ambientes de mayor complejidad para maestros y alumnos, según indica la encuesta internacional de enseñanza y aprendizaje aplicada por la organización para la cooperación y el desarrollo económico.

Esta complejidad se explica por factores como: formalidades administrativas, mantener orden en el aula y ausentismo de los profesores.

El 13% que corresponde a mantener el orden en el aula, tiene mucho que ver con conductas agresivas entre alumnos o incluso hacia los propios profesores.

“Hoy en día el acoso más grave es de los alumnos hacia los profesores que del profesor hacia los alumnos, es decir, ha cambiado esa antigua forma de abuso en los que incluso había golpes”, comentó Trixia Valle, especialista en bullying.

Muchas veces, el grado de abuso es tal y tan sutil que la propia víctima establece un lazo de codependencia con el agresor.

“Lo más peculiar de todo esto es que el niño que recibe el acoso lo busca, necesita ir a ver si ya le pusieron una notita en alguna foto o algún foro en el que participa, siente la necesidad de estar checando si ya lo acosaron, es una necesidad patológica”, dijo Julia Borbolla, especialista en ciberacoso.

El deterioro de la conducta en el caso del bullying es muy recurrente y básicamente se centra en síntomas muy definidos.

“Lo que primero puede suceder y llamar la atención de los maestros es a lo mejor datos de baja autoestima o alteración de su autoestima, bajo rendimiento escolar, con situaciones tales como la deserción escolar y bueno, la condición más grave es cuando se realiza el intento o se logra el suicidio”, expresó Arturo Loredo Abdalá, director de la Clínica de Atención Integral al Niño Maltratado del INP.


Cuando el padre de familia o el maestro descubre que algún menor es víctima de bullying debe denunciar el abuso, ya que las víctimas se encuentran en un círculo vicioso que evita que la idea de la denuncia sea una opción.

“Sabemos que eso es muy difícil, porque es ir a contracorriente porque los alumnos manejan códigos de lealtad muy importantes para ellos en los salones de clase, en los clubes sociales, en los condominios y es muy difícil delatar, el delator se convierte en alguien que está perfectamente marcado por el grupo”, manifestó Romeo Tello, escritor.

Para el acosador tampoco es fácil, la ayuda psicológica o el encauzamiento de su liderazgo pocas veces es una práctica pedagógica. Se le etiqueta y se le trata de controlar solamente, por lo general, su rehabilitación no está contemplada.

“¿Problema?, si, pero bueno, no me tratan mal, pero sí saben quién soy, el alumno problema”, declaró José Alejandro Fernández, alumno del Programa Escuela Segura.

Los expertos coinciden en que el bullying no se frenará con sanciones y castigos, sino con un cambio de mentalidad en los alumnos.

“Los padres, los maestros, los adultos, todos los que estamos involucrados en este tema del bullying sólo vamos a poner los lineamientos, los que realmente van a cambiar el ambiente escolar son los niños”, concluyó Trixia Valle.

Padres de familia y maestros deben estar consientes de que el bullying no es una simple travesura, sino un acto de acoso hacia una persona que puede tener consecuencias muy graves.

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